lunes, 8 de junio de 2009

CARTA ABIERTA A ROSA DÍEZ


Estimada Rosa Díez,

Me dirijo a usted como ex-afiliado a UPyD, y co-partícipe durante algo más de un año de un proyecto en el que me embarqué ilusionado después de escucharla en persona allá por el otoño del 2007. Y lo hago para expresarle mi abandono del mismo y las causas que me han llevado a tomar esta decisión, con la esperanza, probablemente vana, de que estas palabras sirvan para hacerle reflexionar y así, quizá, mi baja sea la última que se produzca en UPyD por los mismos motivos.

El proyecto que usted, como portavoz de UPyD, representa ha sido capaz de captar a los sectores más comprometidos de la sociedad con un sentido de la nación española moderno, progresista y que nadie defendía antes del nacimiento de este partido. Estas siglas, han ido aglutinando entorno a ellas a miles de españoles deseosos de que con UPyD llegara la ansiada oportunidad de renovar profundamente la vida política de nuestro país. Algunos, como yo, desde el momento de nuestra afiliación nos hemos implicado plenamente en dicho proyecto y trabajado por él allí donde se nos ha pedido.

Han sido meses de esfuerzo y dedicación, cediendo mi tiempo y mi dinero a favor de un proyecto en el que poco a poco, la decisiones del Consejo de Dirección del partido, me han hecho perder la ilusión y tomar la decisión de no trabajar ni un minuto más en su provecho.

Primero fue la orden de cerrar un foro de debate en internet, el foro Andalucía, en el que casi 200 afiliados y simpatizantes de UPyD intercambiábamos nuestras opiniones, aportábamos ideas, reflexionábamos sobre las mismas, y todo ello con un profundo respeto al resto de participantes y, sobre todo, al partido. Con ello, se nos privó de una herramienta que, tomando el lema ya conocido “nos unía”, y parece que precisamente eso fue lo que motivó su cierre. Y es que ustedes, con la excusa de que “UPyD no es un partido asambleario” han intentado cortar todas aquellas vías de comunicación entre afiliados que escaparán a su control.

Después, vino la designación en la prensa del cabeza de lista a las elecciones europeas, antes incluso de su aprobación por el Consejo Político, en lo que supuso un claro desprecio a la democracia interna y a los afiliados que formamos esta organización. Pero no fue éste el último desprecio al que nos hemos visto sometidos pues simultáneamente a la designación del cabeza de lista, se nos ofreció la posibilidad de participar en la elaboración del programa electoral concediéndonos ¡una semana! para aportar propuestas, cuando los encargados de elaborarlo dispusieron de más de dos meses después de cerrado dicho plazo. Lo mismo ocurrió con las posibles enmiendas al mismo. ¿Es qué no hay un solo afiliado de UPyD que pueda aportar añadir algo interesante a lo que las grandes mentes pensantes del Consejo de Dirección pergeñan?

Y es que cada vez más, y ya se ha podido ver en esta recién terminada campaña electoral, las ideas están ausentes de este partido y se recurre, en su lugar, a llamadas a la emotividad identitaria, más apropiada para los forofos de cualquier equipo de fútbol que para personas que reflexionan sobre los por qués de sus actos. Así, esta campaña ha estado dirigida desde alguna mesa en Madrid por algunas personas, supongo que de su entera confianza, que han llegado a enviar al llamado “autobús magenta” a recorrer las provincias españolas sin siquiera consultar el recorrido del mismo con los responsables del partido en estas provincias. ¿Tan “negados” somos? Podría seguir relatándole muchos ejemplos más, como su negativa a enviarnos unas fotos suyas y apenas unas pocas líneas de texto con su firma para poder dirigirnos con ello a los ciudadanos y se nos negó reiteradamente, pero no quiero aburrirla con estos pequeños detalles, porque hay otros acontecimientos que han supuesto todavía un desprecio mucho más grave a los afiliados.

Cuando tomé la decisión de militar en este partido suponía que, como afiliado, podría decidir plenamente sobre su futuro, y sé que no soy el único que pensaba así. Pero parece que esta idea no es compartida por el Consejo de Dirección, pues el reglamento para el próximo congreso que ha emanado del mismo priva a los militantes de la posibilidad de postularse para acceder al máximo órgano de decisión del partido, pues como todos sabemos al imponerse las listas cerradas y bloqueadas sólo podrán ocupar los puestos de dicho consejo aquellos que le acompañen en su lista. Esta concepción totalitaria del partido, por si fuera poco, contradice totalmente lo que el partido defiende para “fuera de casa”, entiéndase listas abiertas, pero parece que a los actuales consejeros estos escrúpulos democráticos no les crean ningún dilema moral.

Con todo ello, parece que el objetivo real de UPyD, lejos de la renovación democrática que usted pregona con tanto éxito, fuera consagrar una nueva casta partidista de políticos, con un idea de cómo gestionar el poder claramente antidemocrática, en la que no se admiten discrepancias ni matizaciones, y al que lealmente lo intente se le expedienta, pues no están dispuestos a que nadie dentro del partido pueda discutirles o controlar su omnímodo poder. Y es que se va a hurtar a los afiliados de toda capacidad de decisión y control, pues ni siquiera accediendo al Consejo Político podrían estos ejercer una labor eficaz de control del Consejo de Dirección por tratarse éste, según han previsto ustedes en el reglamento del próximo congreso, de un órgano hipertrofiado y por ello inoperante como órgano de vigilancia y control.

Dígame Sra. Díez, ¿dónde está la pluralidad de que tanto hace gala? ¿Cómo va a reformar la democracia española si su propio partido se rige por los métodos de siempre?

Espero que todavía estén a tiempo de retomar el impulso que nos hizo a muchos participar activamente de este proyecto. Nuestro país no puede permitirse otra oportunidad perdida.


Afectuosamente,

4 comentarios:

  1. Pues no es la primera opinión al respecto que me encuentro en la red. Cuando el río suena...

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  2. Triste la falta de democracia interna, supongo que UPyD ha dejado de ser un inocente partido 'naciente', para convertirse en un partido 'adulto', con los mismos defectos y tics que cualquier otro partido existente. No en vano su líder Rosa Díez proviene de la 'oligarquía' del PSOE.

    Triste también es, que el programa político de UPyD para estas pasadas elecciones haya sido tan pobre(al menos lo que yo he podido leer). Se trataban de ideas generales, nada de compromisos, ni una idea concreta, ni una postura determinada. Daba la impresión de que no querían mojarse. Sólo a través de los anuncios en radio de UPyD recibí un mensaje claro: La unidad de España, para ser fuertes en Europa. Me dio la impresión de estar escuchando el mensaje de un partido nacionalista........ en este caso español.

    En fin, ya veremos como evoluciona. Habrá que seguir las propuestas de UPyD, no vaya a ser que nos convirtamos en forofos de otro 'equipo'.

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  4. Saludos, Javier.

    He estado de viaje fuera de España y, al volver, descubro tu comentario en la nueva web crítica (http://estanoeslawebdeupyd.blogspot.com), desde donde he llegado hasta aquí. Ha sido una alegría tener noticias tuyas de nuevo.

    Comparto la sensación de decepción que impregna tu carta, quizás porque, como pudimos comprobar en nuestro foro, también compartimos una ilusión de lo que iba a ser UPyD.

    Me preguntas si merece la pena seguir luchando. Pues yo creo que sí, Javier. Al menos hasta el Congreso, donde, para bien o para mal, se decidirá definitivamente el rumbo. Así que, aun a sabiendas de que algunos nos lo van a poner difícil, creo que es nuestra obligación moral intentarlo.

    Es triste ver como unos pocos, la mayoría políticos profesionales llegados desde otros partidos y que aspiran a la poltrona, se disponen a pulverizar el único proyecto serio de regeneración democrática que ha surgido en España en los últimos años de democracia.

    Al menos, intentemos frenarlos.

    Mª Cruz Boscá

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